Conerctar con la naturaleza viviendo en la ciudad

¡Hola a todas y a todos!

La mayoría de los paganos y paganas vivimos, a día de hoy, en la ciudad. Si bien algunos y algunas puede ser que vivan en el campo o en zonas cercanas a él, me temo que otros y otras no tenemos esa suerte.
En mi caso particular no vivo en una gran ciudad como pueden ser Madrid o Barcelona, pero vivo en una pequeña villa costera delimitada por zonas de monte a las que no es fácil acceder debido a las construcciones de carreteras y que algunos de esos terrenos son privados. Eso sin contar que cada vez hay menos zonas verdes y árboles (en serio, en este pueblo tienen un problema con los árboles: no los pueden ver delante).


Debido a esto a veces se hace complicado salir a dar un paseo y conectar, porque aunque vayas a una zona de césped seguirá habiendo coches, edificios y niños gritando (porque la mayoría de las zonas verdes por algún motivo tienen un parque, al menos aquí) a tu alrededor. Simplemente no es sencillo librarse de la urbe, pero no por ello debemos desanimarnos y abandonar la naturaleza, ya que ella está en todas partes: nosotras y nosotros formamos parte de ella, al igual que las palomas que descansan en los salientes de los edificios o el agua que emana de las fuentes de los parques. La naturaleza está también en la ciudad: solo tenemos que aprender a verla y sentirla. 
Para ello os voy a compartir una serie de pautas que yo sigo a la hora de conectar con la naturaleza cuando no puedo escaparme al monte o simplemente irme demasiado lejos. 


  1. Plantas en casa:
    Confieso que soy una negada para cuidar plantas (y cualquier cosa, en general) pero me encantan. Sí, la mayoría se mueren en otoño por exceso de agua y en verano prácticamente se queman. Sí, soy un desastre, pero durante la primavera me da la vida salir al patio y verlas bajo el sol, y limpiar los azulejos para que las vistas sean todavía más radiantes.
    Tener plantas en casa (dentro o fuera) nos da la oportunidad de construir un pequeño templo u oasis espiritual; un lugar para relajarnos y sentirnos más cercanos a la naturaleza. Podemos cantarles, acariciar sus hojas, revisar si tienen bichos, remover un poco la tierra... Incluso hacer las comidas junto a ellas, sentadas/os en el suelo.
    Si dispones de sitio suficiente puedes cultivar tus propios alimentos y hierbas.

  2. Busca lugares verdes:
    Este es un clásico, pero no por ello es menos válido que algo más "innovador". De hecho la función de las zonas verdes en la ciudad es precisamente esa: mantener el contacto con la naturaleza, porque es esencial para nuestra salud física y mental. El problema es que algunas de estas zonas brillan por su ausencia o son bastante precarias; Aún así, es preferible tener los pies sobre hierba que sobre asfalto. Y ojo, no estoy diciendo que todo el mundo debería caminar por jardines: eso mataría la vegetación (especialmente si se hace calzados). Pero podemos acariciar la hierva y sentarnos un rato a meditar sobre ella, por ejemplo. 

  3. Presta atención a los árboles y al entorno:
    Esta es parecida a la anterior, pero no sirve de mucho encontrar una zona verde en la ciudad si le prestamos la misma atención que el resto de los transeúntes que simplemente pasan por ahí. No. Hay que prestar atención al entorno, por eso es recomedable hacer estos "paseos" a solas, para conectar con nosotros mismos y el entorno, pero no podemos hacerlo si vamos pensando en poner la lavadora cuando llegue a casa, cuantas partidas me quedan para subir de nivel en un juego o todo lo que le dirías a esa persona con la que discutiste por la mañana. 
    A veces (lo habitual) es difícil eliminar estos pensamientos de nuestra mente, pero es mucho más sencillo hacerlo si tenemos la mente ocupada, en este caso observando la naturaleza, estudiando cómo se comporta. ¿Logras ves algún pájaro entre las ramas de los árboles? ¿Qué hacen? ¿Qué especies son? ¿Parecen los árboles sanos? Una vez encontré un nido de garrapatas en uno; fue bastante desagradable, sobretodo porque me había sentado en un banco cercano a leer.

  4. Come fruta y verdura:
    Ay... la fruta. "La golosina de la naturaleza", como bien dice un amigo mío. Siempre es probable que haya alguna que no te guste, como todo en esta vida, pero la mayor parte de ella es deliciosa, simplemente no puedo creer a esa gente que dice "no me gusta la fruta". ¿Has tenido la suerte de probar toooda la fruta, o solo has probado plátanos y manzanas? Pasa algo parecido con la verdura, que en sí es mucho más sosa que la fruta (en general) pero hay mil manera de cocinarla (o no cocinarla) para crear platos deliciosos.

  5. Alimentos de temporada:
    También ligada con la anterior. La fruta y la verdura de temporada está infinitamente más buena que la que no. Al igual que los champiñones frescos están mucho mejor que los enlatados.
    Como personas interesadas en seguir y aprender los ciclos de la naturaleza, así como buscar la conexión con ella, considero de vital importancia conocer, más o menos, algunos alimentos de temporada y consumirlos de manera regular. ¿Puede haber algo más natural que alimentarnos de lo que nos da la tierra? En Internet hay muchos calendarios de alimentos de temporada, normalmente facilitados por campañas o tiendas ecológicas o páginas de agricultura.

  6. Deja el móvil:
    Otro clásico. Sí, está muy bien eso de charlar con amigas y amigos que están en la otra punta del país o del mundo, pero paraconectar con la naturaleza es necesaria la paz mental, y la pantalla del móvil no nos la da. Deja el teléfono en casa, apágalo, ponlo en silencio, quítate los datos; lo que sea pero no lo mires, no pienses en él.

  7. Camina por zonas verdes, aunque tengas que dar un rodeo:
    Cuando salimos de casa para ir a visitar a alguien, hacer recados o lo que sea, normalmente la gente va directa a su destino por el camino más corto, pero a veces es una buena idea desviarse un poco para caminar por un parque o jardín. Mientras lo hacemos podemos practicar lo mencionado en el punto tres o a continuación.


  8. Siéntate a observar de vez en cuando; fíjate en los detalles:
    Esta es similar a la tres, pero un poco más general. No se trata solo de estar pendiente de lo que hay en los árboles, sino en todo: cómo se relacionan los animales (si hay) e insectos, el sonido del agua que emana de la fuente, el tacto de la brisa y la hierba en nuestra piel...

  9. Busca el sol (y la luna):
    Ahora está muy de moda decir que es sol es el mal y que tenemos que protegernos de él en todo momento, pero claro, es que los protectores solares no se van a vender solos. Habrá gente con problemas de piel que sí lo necesite, pero no es el caso de la mayoría de la población.
    El sol es bueno, alimenta nuestras células, atiba la circulación y seca y desinfecta granos y espinillas. Sí, hay gente como yo que que si sale a la calle en verano entre las doce y las cinco ,sin caminar por un mísero rincón de sombra, acaba con quemaduras. Ahí es cuando hay que usar protección, o cuando vas a exponerte por tiempo prolongado, como en la playa o zonas de nieve.
    Si estás en casa y tienes la suerte de tener patio, sal unos minutos y deja que te bañe la luz del sol. Lo mismo en los recreos o descansos del trabajo. El sol nos carga de energía, y en algunas tradiciones neo-paganas, como la wicca, es la representación del dios, así que ¡no huyas de él! (a menos que no quieras ponerte morena, pero si sales a la calle en verano va a ser inevitable a menos que te tapes de pies a cabeza).
    La luna es hermosa y su luz tranquilizadora (al menos para mí), y al igual que ocurre con el sol, ella es la representación de la diosa. Personalmente, me gusta abrir la ventana y contemplar la luna, u observarla mientras camino por la calle; Para mí es una especie de droga que relaja el cerebro. Podéis intentar hacer lo mismo, quizás tenga un efecto similar sobre vosotras/os. 

  10. Descálzate cuando tengas ocasión:
    Ay, los pies: ese mando a distancia del cuerpo. Los bebés está obsesionados con descalzarse y tocarse los pies, y los padres y madres obsesionados con calzarlos; Pero la necesidad de tener los pies descalzos es una realidad: a parte de que el pie está diseñado para estar descalzo, la planta, al igual que el resto de la piel, cuenta con el sentido del tacto. ¿Cuando fue la última vez que sentiste lo que había bajo tus pies? ¿Alguna vez has notado como se amolda y funde sobre la tierra? ¿Se os ocurre un modo mejor de estar en contacto con ella que a través de nuestros propios pies?

  11. Dibuja al aire libre:
    O canta, toca música, lee... lo que quieras y/o sepas hacer. Meditar al aire libre también es una exente actividad.

  12. Buscar el agua:
    Playas, ríos, muelles, arroyos, fuentes... Meter los pies en el agua es una sensación muy agradable (sobretodo si están cansados o hinchados). A demás, el agua es uno de los principales atributos de la Diosa y algo así como el néctar de la vida.

  13. Caminar bajo la lluvia:
    Sí. No nos podemos permitir caminar bajo la lluvia muy a menudo; A la mayor parte de las personas que conozco no les gusta la lluvia ni salir cuando llueve, y cuando lo hacen es para ir a algún sitio en concreto, así que si llegas empapada de pies a cabeza para ir a trabajar tal vez al jefe o jefa no le haga mucha gracia. Pero cuando tengas ocasión sería interesante que lo probaras, y no pienses que mojarse es algo fastidioso: ya te darás una ducha caliente cuando llegues a casa, mientras tanto disfruta de la sensación que produce el sentir las gotas caer sobre ti. Personalmente me siento mucho más brava/guerrera/llámalo X cuando camino bajo la lluvia.

  14. Haz tus propios cosméticos:
    Existen muchos tutoriales de cómo hacerlos en la red, y yo intentaré ir subiendo algunas recetas sencillas. Personalmente me gusta saber qué es lo que le hecho a mi piel, por lo que trato de comprar siempre cosméticos lo más naturales posibles, ecológicos y sin testaje animal (lo que se resume en una meticulosa labor de leer etiquetas). Pero en ocasiones es mucho más gratificante hacer tus propios mejunjes, ya sean cremas, jabones o pasta de dientes. Puedes cultivar los ingredientes para hacerlos (algunos de ellos) y ahorrarás dinero y basura.
    Os dejo mi enlace a mi otro blog, dónde explico cómo hacer dentífrico casero: Receta.


  15. Interactúa con los animales:
    Siempre y cuando no los molestes y sepas que son sociables y aceptan tu compañía. Si optas por darles de comer investiga antes sobre qué alimentos darles; Es muy común, por ejemplo, que la gente de pan a las palomas, cuando la realidad es que es perjudicial para ellas.

Bueno, estas son mis recomendaciones y lo que acostumbro a hacer en mi día a día. Si tenéis alguna idea más dejadla en los comentarios, así todos y todas podremos leer más ideas y elegir las que más se ajusten a nosotros.

- Ashlock Le Fay -

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